Somos lo que comemos, decía Ludwig Feuerbach. ¿Pero hasta qué punto? Esta pregunta me la he hecho muchas veces con la intención de encontrar una respuesta válida. ¿Qué pasaría si cambiase mi alimentación? ¿Cambiaría mi estado anímico?
Foto de Jane Doan |
Ludwig defendía que todas las
clases sociales, pudieran acceder al derecho de poder alimentarse como querían,
sin depender del dinero que tuvieran. No obstante, hay veces en las que más que
pensar en el dinero (o al menos en mi caso), pienso más en el tiempo que voy a
dedicar preparando la comida.
Pienso, erróneamente, que si invirtiera
ese tiempo de una forma “mejor”, sería más feliz. Pero, ¿cómo invertir el
tiempo mejor que haciendo lo que realmente te gusta?
Hace relativamente poco, unos
pocos meses, saqué toda la publicidad que me hacían generar ingresos en mi
blog. ¿Para qué voy yo a molestar a la gente que realmente me escucha, me lee…?
La respuesta es para nada. Aunque haya un pequeño gasto (relativamente cero) en
el mantenimiento de mi web, valoro más que se me valore mi trabajo a que la
gente esté pendiente de los anuncios.
He aprendido muchas cosas en
el transcurso de creación y modelación de la página de recetas. No solo de
código, sino de constancia, esfuerzo y resultados. Y no todo se ve del día a la
mañana. No he sacado más de 75 recetas y posts de un día a otro.
Hace tiempo que no escribo,
pero no es que no haga nada. Hago muchas cosas, y no solamente soy lo que como,
también soy las decisiones que tomo, las veces que me equivoco, las veces que
lo hago bien…
Hará unas semanas que hablé
con alguien que me recordó que había que hacer cambios en mi vida. Y hace unos
pocos días lo recordé. Según Alberto Ávila (un atleta de élite con el cual tuve
la suerte de poder escuchar en vivo y en directo), hay tres tipos de objetivos:
objetivos a corto plazo, a medio plazo y a largo plazo. Todos estos son importantes
para dar sentido a tu vida.
Tal y como podemos ver en la siguiente ilustración:
Vamos a determinar los
objetivos a corto plazo por aquellos objetivos que abarcan unos pocos meses.
Hasta 1 año.
Los objetivos a medio plazo
los determinamos como aquellos objetivos que podemos cumplir de 1 a 2 años.
Finalmente, los objetivos a
largo plazo, van a ser aquellos objetivos que vamos a ver realizados a partir
de más de 2 años.
Es bueno tener objetivos en
la vida porque no solo le dan sentido, sino que te dan algo para luchar, para soñar,
reír…
Somos tanto los hábitos que
adquirimos como los malos hábitos que quitamos de nuestras vidas.
Recuerdo que hace menos de
una semana fui a correr. Mi meta era hacer 5 km, no me importaba el tiempo que
haría (la verdad que no hacía mucho deporte hasta hace un mes, que decidí cambiar
de hábitos) y lo conseguí. No es para hacerme el egocéntrico, pero en ese
momento me sentí muy feliz.
Sé por seguro que muchos de
vosotros os habéis sentido felices haciendo alguna cosa que os gustase: puede
que leer un libro, escuchar una canción, mirar según qué serie en la televisión,
aprender a entender un idioma, entre otros. Tenemos que buscar todas aquellas
situaciones en las que nos hemos sentido bien y llenarlas de sentido.
Hay ocasiones que ser solidarios
con los demás e incluso con nosotros mismos, nos puede hacer feliz. Pero con ser
solidarios con nosotros mismos, no digo pensar o decirnos: “Pobre de mí! Qué
haría si tuviese según cosa, sería la mar de feliz…”
Con ser solidarios con nosotros
mismos digo, amarnos, el amor es importante y puede sanar heridas.
Es fácil decirlo, muy fácil.
Estoy de acuerdo, lo más difícil es ponerlo en práctica. Es levantarte y decir:
“No tengo ganas de ir a trabajar/estudiar, pero lo haré lo mejor que pueda”. Esa
es la actitud.
Hay veces en las que me
siento frustrado, pero sigo. Intento no darle mil vueltas a las cosas que ya he
asumido que no puedo cambiar.
Yo siempre he creído ser una
persona que se preocupa más por los otros que por si misma. Durante estos días
me he dado cuenta que todos somos especiales por muchas razones distintas
No soy feliz por los
problemas que he tenido, sino por esos que he sabido resolver con éxito
Hace un año aproximadamente di
apoyo emocional a gente que realmente lo necesita y he aprendido 3 cosas que me
han cambiado a pensar de una forma distinta:
-
A relativizar los
problemas que tengo. No soy persona de muchas
palabras ni quiero sonar repetitivo o pesado. Esta frase nos puede parecer que
todos lo hemos oído demasiadas veces pero, en mi caso, no las suficientes.
-
Pedir ayuda es de
héroes. Quien puede y sabe pedir ayuda
aunque sea en chats anónimos, es muy valiente aunque crea que no lo es. Lo es
porque reconoce que es humano y le falta algo para estar mejor. Cuesta
mucho pedir ayuda.
-
Dar testigo como
individuo para cambiar la sociedad en la que vivo. Me mentiría si
dijese que no me he sentido impotente al oír gente de mi edad después de pasar
cosas traumáticas que no debería haber vivido nadie a ninguna edad. Pero yo
puedo hacer algo para mejorar esta sociedad en la que vivo. Para sentirme bien
con mi mismo y aunque parezca poco, estar al lado de la gente que sufre.
Es verdad, hacía tiempo que
no escribía en el blog, pero espero que te haya servido de inspiración a ti,
que me lees, y a mi mismo en el futuro. Para no rendirme con todas las situaciones
que vaya viviendo.
Fuentes:
https://okdiario.com/curiosidades/donde-proviene-expresion-somos-lo-que-comemos-2681435
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